El asbesto es un mineral natural que se encuentra en muchos lugares del mundo. En el siglo XX, este material se utilizó ampliamente en la industria. Su resistencia inherente al fuego y a las agresiones mecánicas y químicas, su resistencia a la tracción, sus propiedades aislantes y su asequibilidad lo convirtieron en un material codiciado.
Esto explica que se utilizara en numerosas aplicaciones de muchas industrias, desde la construcción, los productos químicos y los electrodomésticos hasta la construcción naval y la automotriz. Entre sus aplicaciones se encontraban el aislamiento de edificios, la protección contra incendios (trenes, autobuses, edificios), la protección térmica en procesos industriales, los electrodomésticos (por ejemplo, secadores de pelo y tostadoras), la industria petroquímica, la industria del automóvil (frenos, embragues), los filtros de agua y vino y la ropa resistente al fuego. En consecuencia, la presencia generalizada de asbesto todavía lo convierte en un problema social en la actualidad.